2h 04' 53"
El etíope Haile Gebreselassie consiguió este viernes la victoria en el maratón de Dubai con la segunda mejor marca de la historia (2h04:53), a sólo 27 segundos de su propio récord mundial (2h04:26), establecido hace tres meses en Berlín.Un ritmo demasiado rápido marcado en la primera parte de la carrera por las liebres pudo ser la causa de que Gebre se quedara sin el récord y el premio de dos millones de dólares que la organización tenía reservado para el caso de que se batiera la plusmarca mundial.
El parcial de los 10 kilómetros (28:39) era 45 segundos más rápido que el de Berlín, y al paso por el medio maratón (61:27) la diferencia había aumentado a un minuto, de manera que una segunda mitad de carrera al mismo ritmo podía arrojar un espectacular registro inferior a 2h03.
Pero el ritmo infernal marcado por las "liebres" empezó a pasar factura a Gebre a partir del kilómetro 35. En ese punto el etíope todavía conservaba 25 segundos de ventaja sobre el parcial de su récord de Berlín, pero, una vez que en el km. 30 se retiró la última "liebre", Abel Kirui, sus piernas empezaron a acusar el esfuerzo. Antes de llegar al km. 40 su margen de tiempo sobre el récord ya se había esfumado, y con ello el millón de dólares.
Un "pequeño" consuelo
Un premio de 250.000 dólares sirvió de consuelo para el ganador, que no pudo batir, sin embargo, su récord mundial número 25.
Las circunstancias meteorológicas en el Golfo eran idóneas para correr un maratón, con una temperatura en torno a los 11 grados centígrados a las siete de la mañana, cuando se dio la salida a la carrera, y de 14 en la llegada de los primeros atletas.
El segundo clasificado, el keniano Isaac Macharia, llegó a la meta casi tres minutos después, con marca personal de 2h07:16, y el podio se completó con otro keniano, Sammy Korir, en posesión de la tercera mejor marca de la historia (2h04:56), que acreditó 2h08:01.
"Quería pasar el medio maratón en 62 minutos y pagué el precio al final, pero estoy contento de haber hecho este tiempo. Para batir un récord todo tiene que ir perfecto, y hoy falló un pequeño detalle", explicó Gebreselassie.
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